jueves, 16 de diciembre de 2010

Médicos del Mundo, Medicusmundi y Prosalus alertan de la crisis de personal sanitario y critican el grave recorte de la Ayuda Oficial al Desarrollo es



14 de diciembre 2010.- El Informe 2010 “La salud en la cooperación al desarrollo y la acción humanitaria” elaborado por las ONGD Médicos del Mundo, Prosalus y medicusmundi, afirma que en 2009 comenzó la disminución de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD), por parte del Gobierno central y las Comunidades Autónomas. Se trató de la primera reducción en siete años y supuso sólo el preludio de la considerable reducción que, sin duda, se producirá en 2010 y en 2011. Así, de acuerdo a los Presupuestos Generales del Estado para 2011, el próximo año se producirá el mayor retroceso de la AOD en España, con una reducción casi un 20 % inferior a la de 2009 y 2010 según ha señalado la Coordinadora de ONGD de España. El porcentaje de la RNB (renta nacional bruta) destinado a AOD quedará en el 0,40%, situándose así lejos del 0,7% asumido para 2012 por el Gobierno y por el resto de partidos políticos con representación parlamentaria que lo habían apoyado a través del Pacto de Estado contra la Pobreza.
En concreto, en las ayudas destinadas al sector salud es necesario destinar como mínimo el 15% de la AOD, -el porcentaje fue del 10,5% en 2009- si la cooperación española quiere mantener el liderazgo entre los donantes, para progresar en el cumplimiento de los ODM de salud y dotarlos de una financiación adecuada. En este sentido, las ONG solicitan que el sector salud se convierta en prioridad estratégica para garantizar el cumplimiento de un derecho fundamental que, al mismo tiempo, es condición para el desarrollo.
La cooperación de las Comunidades Autónomas en 2009 superó los 446 millones de euros. Las tres Comunidades Autónomas que más presupuesto destinan al sector de la salud son Andalucía (24,3% de la AOD a salud), Cataluña (13,46%) y Castilla La Mancha (9,46%). El informe que anualmente realizan las tres ONG tiene como objetivo mejorar la eficacia, la efectividad y el impacto de la cooperación sanitaria internacional y española.
Crisis de recursos humanos sanitarios
Los recursos humanos sanitarios de un país son un indicador clave de la fortaleza de su sistema de salud. Para alcanzar los Objetivos de Desarrollo del Milenio sanitarios en 2015, según la Organización Mundial de la Salud (OMS) se necesitan 2,5 trabajadores de salud por cada 1000 habitantes. Para ello harían falta más de 2,4 millones de profesionales sanitarios si queremos mejorar la salud de forma global y lograr las metas.
Muchos de los problemas no son principalmente cuantitativos sino de mala distribución y de una formación inadecuada, entre otros. Uno de los principales hechos es que la mitad de la población mundial vive en zonas rurales, donde se encuentra el 25% de los recursos humanos sanitarios, mientras que en la otra mitad, las zonas urbanas, se encuentra el 75% restante. África, por ejemplo, cuenta solamente con el 3% del personal sanitario del mundo, pero tiene el 25% de la carga total de enfermedades total.
Una gran parte del personal sanitario migra desde hace años, del área rural a la urbana, de un sistema público a una institución privada (por ejemplo un programa vertical internacional, que no ayuda a fortalecer el sistema de salud), o de un país empobrecido a otro más rico en recursos económicos. Los países receptores, como por ejemplo EEUU, no invierten en la formación de los profesionales que necesitan sino que importan un 30% de médicos para cubrir sus necesidades. La consecuencia es una falta más aguda de personal sanitario donde hay más necesidades. De media, uno de cada cuatro médicos y un enfermero o enfermera de cada veinte formados en África está trabajando en un país de la OCDE. Cerca del 30% de los médicos de Ghana trabajan fuera de su país, así como el 34% del personal de enfermería de Zimbabwe.
Para revertir esta situación, Médicos del Mundo, Prosalus y medicusmundi recomiendan una serie de medidas:
Los países exportadores deben proteger y mejorar el trato a sus trabajadores, formar a más profesionales en salud, especialmente para zonas rurales y establecer ayudas al retorno del migrante.
Los países importadores deben reducir la dependencia de profesionales de salud migrantes formando a más trabajadores en sus propios países. Deben, además, establecer acuerdos bilaterales con los países exportadores para suavizar el impacto financiero de la migración de los trabajadores, e intentar implementar políticas responsables de reclutamiento y buen trato a los que llegan.
Los países deben alcanzar acuerdos internacionales y unir inversiones en investigación y sistemas de información necesarios para mejorar el desempeño de los trabajadores de salud.
Acción humanitaria
En 2009, los fondos internacionales destinados a la ayuda humanitaria descendieron el 7,7%, a pesar de mantenerse activos 30 conflictos armados, y haberse contabilizado más de 300 catástrofes naturales que causaron un grave impacto a los habitantes de regiones de bajo desarrollo. La contribución de los países de la OCDE a los fondos destinados a ayuda humanitaria, a través del CAD, pasaron de 11.700 millones de dólares en 2008 a 10.800 millones en 2009 apreciándose ya la clara tendencia en el retroceso de la financiación de la ayuda humanitaria.
En este ámbito destaca el incremento de la cooperación española de un 9,9% en los fondos destinados a la acción humanitaria en 2009. Con 465 millones de euros (un 9,8% de la AOD) ocupa un lugar destacado entre los países de mayor aportación en esta materia. Las ONG que han realizado el informe valoran positivamente no sólo el incremento financiero sino también el desarrollo organizativo de la oficina de planificación (DGPOLDE) y de gestión (Oficina de Acción Humanitaria de la AECID) lo que supone una apuesta estratégica que debe redundar en más y mejor acción humanitaria.
Las Organizaciones consideran que no se deben justificar los recortes en la financiación con la actual crisis económica ya que éstos ponen en riesgo la supervivencia de las poblaciones damnificadas y desplazadas como consecuencia de catástrofes y conflictos armados.
El caso de Haití
La respuesta internacional al terremoto que asoló Haití en enero de 2010 fue rápida, masiva y dotada de grandes medios; sin embargo, transcurrido un año, la población afectada continúa en situación crítica. En la actualidad, el 95% de los campamentos iniciales continúan activos y en torno a 1,3 millones de personas permanecen en ellos. De los 135.000 alojamientos previstos hasta agosto de 2011, únicamente se han construido 17.000. En la Conferencia Internacional de Donantes se decidió destinar 5.300 millones de dólares, hasta finales de 2011 y se alcanzó el compromiso de 9.900 millones de dólares a medio plazo para la reconstrucción de Haití. España con 346 millones de euros se convirtió en el tercer país donante con este fin.
Las agencias de ayuda internacional y las ONG tienen que garantizar la atención sanitaria de la población alojada en los campamentos, mediante un modelo de refuerzo institucional del sistema de salud nacional y local. Se deben evitar, en la medida de lo posible, intervenciones directas al margen de la red institucional de salud que, si bien generan resultados a corto plazo, dan lugar a sistemas insostenibles sin la ayuda exterior. Las organizaciones debemos mantener la estrategia de colaborar en la capacitación de la población de Haití.

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